El cloro puede encontrarse en forma de cloro molecular (CL2) o en forma de iones cloruro (Cl–) para combinarse con otros átomos de carga positiva como por ejemplo el cloruro de sodio o el cloruro de potasio. En el cuerpo humano el cloro se encuentra en forma de iones cloruro aunque en el etiquetado de alimentos se denomine indiferentemente como cloro o cloruro ya que los cloruros son fuentes de cloro.
Los iones cloruro son los electrolitos más abundantes del líquido extracelular y representan ? de la carga negativa de la sangre. Los niveles más elevados de cloruro se encuentran en el líquido cefalorraquídeo; además, puede hallarse en la bilis y en los jugos gástricos y pancreáticos, así como en la sangre, la piel y los dientes. Incluso los leucocitos o los glóbulos blancos de la sangre necesitan cloro para poder combatir las infecciones.
El cloruro se transporta de un lado a otro de la membrana celular del mismo modo que el sodio y el potasio. Debido a que el balance de cloro está asociado con el balance del sodio, los niveles de ambos electrolitos usualmente varían de manera directamente proporcional.
La combinación del ion cloruro con estos cationes (iones cargados positivamente) forman cloruro de sodio (Na+), ácido clorhídrico (H+), cloruro de potasio (K+) o cloruro de cromo (CR+), entre otras moléculas de importancia.
Los cloruros juegan un papel esencial en el equilibrio electrolítico (mantenimiento de los fluidos corporales) y en el pH de los jugos gástricos. Los jugos gástricos contienen una disolución de cloruros y manteniendo una concentración de ácido clorhídrico (HCl) indispensable para que se realice la digestión.
El cloro en su forma iónica (cloruro) se almacena en los tejidos subcutáneos y en el esqueleto, y su presencia no es perjudicial para la salud. Se excretan mediante el sudor, orina y heces; y por tanto, es importante su reposición mediante la ingesta, especialmente cuando su eliminación se encuentra incrementada como es el caso de personas deportistas (sudoración) o si se sufren vómitos o diarrea.
La mejor manera de ingerir iones cloruro es mediante el agua y la sal común, pero no hay que abusar de ella debido a que además de cloro contiene sodio y un exceso sodio tiene efectos perjudiciales para la salud.
También contienen una cantidad importante de cloro alimentos como la carne, la leche, los huevos, las algas marinas, el centeno, las frutas, los vegetales y alimentos salados como las aceitunas, carnes procesadas y vegetales enlatados.
Generalmente se consume más cloruro del necesario, en gran parte debido al elevado consumo de sal y alimentos procesados de la dieta contemporánea. La sal baja en sodio contiene cloruro de potasio, por lo que a pesar de tener un contenido menor en sodio continúa proporcionando cloro.
¿Para qué sirve?
El consumo de cloruros contribuye a mantener las funciones del cloro como la producción de ácido clorhídrico en los jugos gástricos o mantenimiento del equilibrio electrolítico.
ver productos con éste ingrediente
top of page
₡0.00Precio
bottom of page